La bolsa de Atenas sufre su peor jornada en diecisiete años y pierde casi el trece por ciento (12,8%), arrastrando a fuertes pérdidas al resto de plazas europeas. Los inversores han interpretado negativamente el anuncio del gobierno griego de avanzar la elección de un nuevo presidente ya que temen unos comicios legislativos anticipados. Los valores más castigados fueron los bancarios.
“Si eres un inversor internacional en el país, estás expuesto”, subraya el analista financiero griego Theodore Krintas. “Habrá elecciones o hay la posibilidad de que haya elecciones y no sabes el desenlace final. Entonces, la decisión más fácil es vender e irse”.
Otra prueba del nerviosismo general fue que los bonos griegos a diez años superaron el ocho por ciento en el mercado secundario, un uno por ciento más que la víspera, mientras que el interés de los alemanes tocaba un mínimo histórico del 0,68 por ciento.
“Los agentes en Atenas hablan de un ‘jueves negro’, en la peor jornada bursátil desde 1987”, explica la periodista económica de Euronews en la capital griega Symela Touchtidou. “Los inversores piensan que el Gobierno jugó a la ruleta rusa avanzando la elección presidencial y ahora buscan una manera de marcharse del mercado local”.