El juego es un fenómeno que podemos encontrar en mamíferos, aves y también en algunos peces, reptiles y anfibios según Gordon Burghardt, etólogo de la Universidad de Tennessee. Burghardt ha estudiado el juego animal durante los últimos años en especies como tortugas e iguanas. Tras introducir objetos se registraba la actividad que llevaban a cabo los animales, y los datos mostraron que parecen sentir curiosidad y tener comportamientos lúdicos hacia ellos. También hay observaciones de cocodrilos jugando con cuerpos de animales muertos y surfeando olas en el río. El problema para la aceptación de su existencia en algunos animales se encuentra en lo que los científicos consideran juego, ya que se trata de un contexto y no de un conjunto de conductas concretas.