Según datos oficiales, la superficie de los glaciares de Perú se redujo en un 40% durante las últimas cuatro décadas debido al cambio climático.
La Cordillera Blanca, en el norte del país, alberga 755 glaciares. La mayoría de ellos miden menos de un kilómetro cuadrado, por ello se encuentran en riesgo de desaparición.
Los glaciólogos peruanos han instalado ahora sensores termales para controlar su evolución.
“En estos últimos 40 años han aparecido 996 nuevas lagunas y esto es fácil de comprender y razonable porque cuando retrocede un glaciar lo primero que deja es una cubeta o un vaso”, explica el experto Nelson Santillana.
En 1970, miles de personas perdieron la vida tras un terremoto que provocó un alud que arrasó la ciudad de Yungay, en el centro del país.
Los científicos trabajan ahora para evitar que un accidente de esas dimensiones se repita. Para ello han instalado varias estaciones de vigilancia.
En los pueblos de la Cordillera Blanca, los más jóvenes reciben formación en los colegios para saber qué hacer en caso de evacuación.
“No olvidemos que nosotros tenemos glaciares de montaña y tropicales. Cuando nuestras masas de hielo están en las cumbres, están emplazadas en pendientes casi verticales, por ello pueden desprenderse y caer sobre las lagunas que ellas mismas han formado. Después, el agua se desborda violentamente provocando un flujo aluviónico que puede arrasar ciudades e infraestructuras”, explica Santillana.
Perú cuenta con un total de 2.679 glaciares. Glaciares que son la principal fuente de agua potable para la mayor parte del país.