Se pone en marcha una nueva ruta de la seda ferroviaria en Asia Central entre Kazajistán, Turkmenistán e Irán. Los presidentes de estos tres países sellaron el final de las obras de esta línea de tren que une los tres territorios en torno al mar Caspio y permite acelerar el transporte de productos petrolíferos hacia los mercados europeos.
Exactamente, la conexión ferroviaria une la ciudad de Uzen, en el oeste de Kazajistán, con la de Goegan, en el norte de Irán. En total, 925 kilómetros la mayoría de los cuales transcurren por Turkmenistán.
El acto de inauguración se hizo precisamente en la población turkmena de Ak Yayla, cerca de la frontera iraní. El coste se eleva a unos 1.600 millones de euros.
Con esta línea, Kazajistán y Turkmenistán intentan abrirse hacia las rutas marítimas ya que no poseen mar abierto y poder exportar sus ricas reservas de crudo y gas. Por su parte, Irán sigue tejiendo infraestructuras en su zona de influencia para convertirse en sitio de paso estratégido hacia Oriente Próximo y el sur asiático.