Giselle por año sufrió violencia intrafamiliar. Dolorosa experiencia, pero que no era lo que más le dolía. Lo que más le hacía sufrir era que su hija Damaris veía todos los vejámenes que su esposo le hacía vivir. Eso por nueve años. Hoy como madre quiere pedirle perdón a esa hija que vivió aquello que un niño no debe: enfrentar la violencia hacia el ser más querido, su mamá. Ha llegado Carta: ¿Podrías perdonarme?