Desde el pasado miércoles, unas 200 personas, entre ellas mujeres y niños, se manifiestan para reclamar al Gobierno heleno que regularice su situación.
Muchos de ellos han llegado a este país europeo tras pagar a contrabadistas y ahora, para poder acceder a un alojamiento, son víctimas de las mafias locales.
“Se me está acabado el dinero y todos nosotros tenemos que lidiar con las mafias. No tenemos papeles, así que no podemos alquilar una casa ni hacer nada”, se lamenta este joven.
“Estoy intentando irme de aquí, dejar Grecia e ir a otro país europeo porque aquí no hay oportunidades ni siquiera para los griegos. Llegué hace diez meses como refugiado y en varias ocasiones he intentado salir del país sin éxito”, relata este refugiado.
“Tenemos que ir a otro país europeo para encontrar apoyo, tener cierta comodidad y poder acceder a un sueldo y un alojamiento”, señala por su parte esta mujer.
Tras huir del horror de la guerra en Siria, estas personas se encuentran ahora atrapadas y sin derechos en un país sumido en una profunda crisis económica.