Una proliferación descomunal de formas de vida vegetal, no reconocida con anterioridad, tuvo lugar hacia el fin del Periodo Precámbrico y fue un detonante importante para la explosión cámbrica de vida. Fue una proliferación masiva de plantas no vasculares en todo el planeta. Este periodo, hace unos 700 millones de años, preparó las condiciones para la explosión posterior de vida a través de un tipo de suelo capaz de secuestrar carbono y permitir la acumulación de oxígeno y su diseminación posterior por el océano al disolverse adecuadamente en las aguas marinas. Este aumento de oxígeno en los mares potenció la expansión de la vida marina, haciendo posible la evolución de especies cada vez más complejas.