Maestro Pedro Ignacio Calderón en "Sin Máscara", de Cristina Castello- 01-07-2000

2014-11-18 18

Oigo el bullicio de los pájaros, oigo el coro. La orquesta me lleva en giros más amplios que los del planeta Urano (1), escuchamos en Sin Máscara a Pedro Ignacio Calderón
El Maestro dirige un instrumento musical integrado por seres humanos. La orquesta es el instrumento. Arte y el único que alumbra la vida, de espaldas al público. En los escenarios
A sus ocho el primer concierto y a los quince, estreno de batuta. Alberto Ginastera y Vincenzo Scaramuzza, maestros primero. Hermann Scherchen después y nada menos, con quien estudió la dirección del instrumento musical. Y entonces, tantos y más tantos escenarios del mundo
Y qué hay en el mundo semejante a la música
Y la poesía, dije y reí. Y Percy Shelley retozó, en la letra suya de Defensa de la Poesía
Música sin poesía y poesía sin música es oximoron (2)
Y la sorpresa que perturbó a Calderón siempre, lo conmovió en Sin Máscara. Fue cuando dije Antonio Tauriello (compositor) y Hugo Charpentier (pianista), los amigos de los años aquellos. Y cuando me escuchó Oso Polar, el restaurante donde comía con ellos
Y las comidas flambeadas y los sonidos del vino; y que es buen catador y su deleite en degustar paisajes. Y cómo sabe, Cristina. Y quién le dijo, y. Y el recuerdo fue presencia
Y decires, pero lo inasible trasciende al verbo. Y entonces silencio
Silencio tensión espiritual. Música del silencio. Y música que es modo de vida para el Maestro
Vida en asombro, cuando perfeccionó su arte de batuta en la Orquesta de Santa Cecilia de Roma. Y cuando respondió sobre la Saint Martin in the Fields y la Sinfónica de Londres y la de Israel y la de Amsterdan
Y sobre su admiración añeja por Arturo Toscanini, Herbert von Karajan y Georg Solti después
Y contestó sobre Ricardo Mutti y Claudio Abbado, y
Artistas que por Gracia espaldan a platea y acontecen música
Orquesta y fiesta de belleza
Instrumento que forman seres humanos y que navegó a Whitman por mares indolentes
Y al final, lo encontró con ese enigma de los enigmas
que llamamos
Ser (Cristina Castello)
(1) Fragmento del poema de Walt Whitman, que elegí a Pedro Ignacio Calderón, para que leyera en mi programa
(2) En la figura que se llama oximoron, se aplica a una palabra un epíteto que parece contradecirla; así los gnósticos hablaron de una luz oscura; los alquimistas, de un sol negro - Jorge Luis Borges