La presión que el resto de líderes ha ejercido sobre Vladimir Putin ha acabado modificando su agenda, aunque fuentes de la presidencia rusa aseguran que se ha ido con los deberes hechos.
Los países aglosajones, Australia, el Reino Unido y Canadá han fustigado duramente a Rusia por su injerencia en la crisis ucraniana acusando a Putin de ser “una amenaza para el mundo”.
Un tema que no estaba en la agenda pero sobre el que se han pronunciado con dureza, también, Barack Obama, Shinzo Abe y el anfitrión, Tony Abbott. Estados Unidos, Japón y Australia han llegado a decir que no descansarán hasta que los responsables del derribo del avión MH17 sean llevados ante la Justicia.
Los tres mandatarios se han comprometido, también, a resolver de manera pacífica los litigios marítimos sin nombrarlos. Disputas que están auspiciando el rearme de Japón frente a China.
Los temas ecológicos han quedado relegados al ostracismo ante la oposición de Australia de mencionar el Fondo Verde de la ONU en el comunicado final.
Obama quiso salir indemne anunciando una aportación de 3.000 millones de dólares para ello antes de comenzara la cumbre.