El congreso federal del Estado mexicano de Guerrero, incendiado en las protestas por los 43 estudiantes desaparecidos a finales de septiembre.
Los manifestantes también destrozaron una sede del ministerio de Educación y las oficinas del PRI, el partido gobernante del Presidente Peña Nieto.
Exigen una investigación a fondo de lo ocurrido y el regreso con vida de los desaparecidos. Al igual que las familias, no creen en la versión de la fiscalía que los da por muertos en base a los testimonios de sicarios que aseguran haberlos asesinado y después quemado sus restos en un vertedero.
El equipo de forenses argentinos que colabora en las labores de identificación no ha encontrado aún ningún cadáver de los desaparecidos.
Los 43 estudiantes desaparecieron el 26 de septiembre en Iguala, tras ser atacados por policías que los entregaron al cártel local Guerreros Unidos, todo apunta que por orden del alcalde de la localidad y su mujer, ambos detenidos.
