Un grupo de arqueólogos ha descubierto en la región de Macedonia, en el norte de Grecia, un sepulcro antiguo que data de entre los años 325 y 300 antes de Cristo.
El monumento, situado en la antigua ciudad de Anfípolis, es un montículo de 30 metros de alto rodeado de un muro circular de casi 500 metros construido en mármol de Tasos y coronado por la estatua de un león.
Por el momento se desconoce la identidad de la persona enterrada en su interior aunque los expertos se inclinan por una figura masculina.
Aunque los arqueólogos se muestran cautos, se ha especulado con la posibilidad de que se trate de la tumba de Alejandro Magno, muerto en Babilonia en el año 323 antes de Cristo, ya que según la arqueóloga que dirige la exhumación, el sepulcro pertenecía a un hombre que murió en los mismos años del monarca de Macedonia.
En esta necrópolis fue descubierta, en 1977, la tumba del rey Filipo II de Macedonia, pero no fue hasta el mes pasado cuándo definitivamente se confirmó que se trataba del lugar de su entierro.