División y enfrentamientos. Son los dos regalos que le han dado los palestinos a Yaser Arafat por los diez años de su muerte.
En Ramala, Cisjordania, el actual líder del partido fundado por el emblemático líder, Mahmud Abás, ha presidido la ceremonia de homenaje a su figura entre miles de personas.
Un acto que el presidente de Fatá ha aprovechado para acusar a Hamás de estar detrás de los ataques de la semana pasada contra dirigentes de su partido.
“Estas acciones retrasan la reconstrucción, retrasan el hecho de que 100.000 personas puedan volver a sus casas antes del invierno”, decía Abás.
El líder palestino ha dicho que Hamás es el responsable de acabar con una reconciliación que dura ya ocho meses y que puso fin a una guerra fratricida que les enfrentó durante ocho años.
“El discurso de Abbas intenta provocar tensiones. Es un discurso sesgado y despreciable que no lleva ninguna buena intención ni a Hamás ni al pueblo de Gaza”, apuntaba el portavoz de Hamás Fawzi Barhoum.
Pese a que las autoridades de la franja decidieron suspender los actos del décimo aniversario por las tensiones, cientos de palestinos se han concentrado en el centro de Gaza para conmemorar al líder que un día unió a todos los ciudadanos de Palestina.
