Han vuelto a casa los dos últimos estadounidenses que seguían detenidos por las autoridades de Corea del Norte. El avión que los ha vuelto a reunir con sus seres queridos ha aterrizado en una base militar del estado de Washington.
Matthew Todd Miller ha pasado siete meses privado de libertad. Había sido condenado a seis años de trabajos forzados por considerar que cometió “actos hostiles” contra Corea del Norte. El joven, de 24 años, había viajado como turista a Pyongyang y había sido arrestado por su “comportamiento agresivo”.
El otro estadounidense liberado, el misionero protestante Kenneth Bae, de 46 años, ha pasado dos años entre rejas. Había sido condenado a quince años de trabajos forzados por “intento de derrocar al régimen”.
En los últimos cinco años, ocho estadounidenses han sido retenidos por las autoridades norcoreanas, provocando complejas rondas de negociaciones diplomáticas para obtener su liberación.