El alcalde de la ciudad, acompañado de antigos activistas pro derechos humanos de la extinta RDA, ha sido el encargado de encender el último tramo. Unos 8.000 globos marcan el antiguo trazado del muro a lo largo de una quincena de kilómetros.
La primera jornada de conmemoración ha contado con un invitado de excepción: el expresidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, considerado una de las figuras claves que llevó a la caída del muro.
Por la mañana, los diputados alemanes daban el pistoletazo de salida a las celebraciones con una sesión solemne. Los jefes de los diferentes grupos parlamentarios fueron compartiendo sus recuerdos del histórico momento. El presidente del Bundestag dijo que “la caída del muro fue la consecuencia de una revolución pacífica sin precedentes”.
Durante el homenaje, el cantautor Wolf Biermann, expulsado de la RDA, hizo oír su voz tanto con su música como arremetiendo contra el partido La Izquierda, al que considera heredero del régimen comunista.
Las celebraciones culminarán el domingo, día del aniversario, con una gran fiesta ciudadana en la Puerta de Brandeburgo.
