Nada más abrir los colegios electorales de la costa este, muchos ciudadanos acudieron a depositar sus votos. Los últimos en hacerlo serán los de Alaska, en la madrugada del miércoles según el horario europeo.
Los comicios servirán para renovar la Cámara de los Representantes, un tercio del Senado y 36 gobernadores.
El presidente estadounidense se juega mucho en estas elecciones, que se consideran como un examen de la gestión del partido que ocupa la Casa Blanca. Y la imagen de Barack Obama no pasa por sus mejores momentos. Ha perdido el favor del electorado hispano, que fue clave en sus victorias de 2008 y 2012, por retrasar la reforma migratoria.
Los Republicanos intentan dar la estocada final y hacerse con el Senado, para lo que necesitarían conseguir seis asientos. Ya controlan la Cámara baja y si se hicieran también con la alta, pondrían las cosas muy difíciles al presidente estadounidense.
Más de 200 millones de ciudadanos están llamados a las urnas. Sin embargo, se espera una participación del 40% ya que estas elecciones atraen tradicionalmente a menos votantes que las presidenciales.