El primer ministro rumano, Victor Ponta, y el candidato liberal, Klaus Iohannis, se disputarán la presidencia de Rumanía en una segunda vuelta que tendrá lugar el 16 de noviembre.
Estas elecciones han estado envueltas en polémica. El domingo por la noche, cerca de 400 papeletas desaparecieron en la ciudad de Timisoara. Además, cientos de personas se manifestaron ante el ministerio de Asuntos Exteriores para protestar por la mala gestión de los comicios en el extranjero y para pedir la dimisión del ministro de la cartera.
“Es inadmisible que haya rumanos esperando desde la una de la tarde y aún no hayan votado”, se quejaba una ciudadana.
Los rumanos residentes fuera del país sufrieron largas colas para poder depositar su voto. Previamente tenían que rellenar un impreso lo que provocó que miles de personas pasaran el día en largas filas e incluso se marcharan a casa sin poder votar.
Fue el caso de Madrid, donde se encuentra una de las mayores comunidades rumanas, así como de Londres y París.
