El 7 de febrero de 1962, la administración del entonces presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, impuso un embargo económico contra Cuba que en la actualidad, más de medio siglo después, sigue plenamente vigente.
A pesar de que la comunidad internacional ha mostrado su repudio en numerosas ocasiones y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha instado a Washington a levantar el bloqueo, la primera potencia mundial no da su brazo a torcer y mantiene a la isla en una situación de ‘plaza sitiada’ que tiene enormes consecuencias para la sociedad cubana.
Recientemente, el actual inquilino del despacho oval, Barack Obama, en quien muchos habían depositado sus esperanzas de cambio, ha prorrogando el embargo un año más. Un año más de aislamiento forzado que, según La Habana, lejos de relajarse se ha vuelto más asfixiante.