El país ha vivido su jornada de reflexión bajo la incertidumbre de la amenaza terrorista. La muerte de hasta ocho personas, cinco de ellas mujeres extremistas, en varios enfrentamientos con la policía en diversos puntos del país en los últimos días ha apartado el foco de la elección del primer parlamento democrático del país tras la primavera árabe.
Mientras el Ejército trata de blindar los comicios los electores tienen ante sí para escoger dos frentes polarizados: el liderado por el religioso moderado Al nahda y el conservador de corte laico Nidá-Túnez.
Ninguno de los dos, según los sondeos, alcanzará la mayoría y estará pendiente de pactos. Unos cinco millones de tunecinos están llamados a votar para elegir los 217 escaños que determinarán al nuevo jefe de Gobierno.
Un proceso de establecimiento democrático (la constitución se aprobó el 27 de enero) que culminará con las presidenciales de noviembre, en las que Túnez intentará consolidar su “II República”.