El estallido de la burbuja inmobiliaria afectó duramente a la banca española. Numerosas cajas de ahorro y bancos estuvieron a punto de quebrar. El gobierno español aceptó un rescate de 40 mil millones de euros por parte de la Unión Europea para sanear el sector bancario. Sin embargo, muchos bancos españoles temen reprobar el test de estrés.