La Fundación Louis Vuitton, nuevo espacio dedicado a la creación contemporánea francesa e internacional, presentó el pasado viernes su exposición inaugural y su edificio construído al noroeste de París por el arquitecto canadiense Frank Gehry.
Rodeado por un lago artificial, el edificio consta de doce velas acristaladas construídas con 3.600 paneles de vidrio curvado.
“Queríamos construir un edificio de cristal, como efímero, que se convirtiese en velas de barco, como en una regata. La sensación de movimiento era muy importante, como si fuese avanzando en el Bosque de Boulogne, reflejando en sus paredes los árboles y el jardín”, explica Gehry.
La construcción del edificio duró seis años. Su coste supera los 100 millones de euros.
Al frente del proyecto se encuentra Bernard Arnault, propietario del grupo líder mundial del lujo, LVMH.
“Me gustó mucho la idea de una fachada viva, cambiante, no solo gracias a la luz, debido al cristal y a las sombras, sino también gracias a una iluminación diferente, divertida, que varios artistas invitados podrían realizar”, asegura el arquitecto.
Gehry, de 85 años de edad, no quiere entrar en la polémica sobre si sus obras son más esculturales que arquitecturales.
“Yo soy un arquitecto, no intento hacer escultura. Los límites entre la arquitectura y la escultura hoy en día están muy bien definidos. Así que no creo que haya nada que discutir. Al final, la belleza está en los ojos del espectador. Cada uno puede llamarlo como quiera”, explica.
La Fundación Louis Vuitton abrirá sus puertas al público la próxima semana.