Y eso que la ciudad está a apenas unos kilómetros de su frontera.
La razón, reiterada por el presidente Recep Tayyip Erdogan, es que considera al Partido Unión y Democracia (PUD), que coordina a las milicias, hermano del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) calificado a su vez por Ankara como terrorista. El PUD no ha sido, a diferencia del PKK, tildado, de momento, de terrorista ni por Turquía ni por otros países.
Erdogan asegura que ya están haciendo suficiente al franquear el paso a los miles de refugiados que salen de Siria hacia ciudades como Suruch, que ha recibido la visita de la responsable de la ONU para los refugiados, Valerie Amos: “En los cerca de cuatro años de esta crisis, 900.000 personas se han registrado como refugiados aquí en Turquía. La realidad es que su número se acerca al millón seiscientos mil”, ha asegurado.
Turquía aboga por crear una zona de seguridad en la frontera turco siria para que puedan regresar los refugiados, cuya presión demográfica está poniendo en problemas a los Gobiernos locales por el creciente descontento de las poblaciones turcas cercanas a la propia frontera.