Pozo Colorado (Paraguay), 19 oct (EFE), (Imagen: Santi Carneri).- Unas 300 personas del pueblo indígena énxet llevan 23 años viviendo al borde de una carretera porque dos terratenientes les impiden llegar a las tierras que el Estado paraguayo compró para la comunidad, tras una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH).
Los propietarios de dos haciendas ganaderas, incluida la familia del exvicepresidente paraguayo Oscar Denis Sánchez, rechazan la construcción de un camino por sus estancias para que los nativos lleguen a su terreno, según dijo a Efe Albino Gómez, de 34 años, líder de la comunidad Yakye Áxa, "isla de palmeras" en idioma énxet.
"Solo esperamos un camino. Cada día es más difícil vivir aquí", declaró desde un costado de la carretera donde viven.
A principios de la década de 1990, ganaderos expulsaron a los indígenas de su territorio en el bajo Chaco, tierra agreste pero con humedales que la llenan de vida, tras lo cual iniciaron una odisea