Las conversaciones entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC han contado con mesas técnicas, que apoyan el desarrollo de los distintos puntos previamente pactados. Iniciadas las visitas de las víctimas a la mesa de diálogos de paz, la primera visita diferente a las víctimas estará integrada por militares activos.
El grupo hará parte de la subcomisión técnica, que estudiará el punto de la terminación del conflicto: cese bilateral del fuego y definitivo, dejación de armas y reinserción de excombatientes. Se trata de una participación crucial para el proceso, en el que la mayor parte de los colombianos ha depositado muchas esperanzas y que fue determinante para la reelección del actual presidente.
Los ataques de sectores opuestos al proceso de paz han sido fuertes, incluso, tildando la participación como un deshonor para los militares. El expresidente Uribe ha apostado por la división en el interior del estamento. Es un punto delicado, que tiene que ver con el juego de poder que está en el centro de las causas de la larga guerra que vive el país.
No tiene precedentes en el país la participación de los militares en los procesos de paz que se han llevado a cabo en Colombia. Los diálogos y los acuerdos se han restringido al ámbito político. Tal vez por eso los alcances de los acuerdos siempre han sido parciales, inconclusos o incompletos.
Los generales retirados Jorge Enrique Mora, del Ejército, y Naranjo, de la Policía, han formado parte de la delegación gubernamental en La Habana desde las fases inciales de los diálogos. La participación de generales activos para muchos viene a complementar este papel, mientras que para otros representa un riesgo innecesario para la institución militar en caso de un eventual fracaso de las conversaciones.
La sociedad colombiana se debate entre esta serie de posturas, detrás de las cuales existen muchos intereses particulares. Lo cierto es que ambos bandos, ejército y guerrilla, han sido unos de los principales actores armados de una guerra donde no ha habido un vencedor en más de seis décadas.
