Bolivia aspira consolidar proyectos de explotación de fuentes alternativas de energía, como la hidroeléctrica, geotérmica, eólica, solar, entre otras. Con esta nueva matriz productiva, el estado plurinacional promueve la diversificación de su producción con valiosos recursos humanos, tanto en conocimientos científicos y tecnológicos, esenciales para el fortalecimiento de su modelo económico, social, productivo y comunitario.