En Monrovia, los equipos médicos van de casa en casa sacando los cuerpos de las personas infectadas por el letal virus. Liberia es el país más castigado de la peor epidemia de la historia, con un tercio de los 3.500 muertos contabilizados hasta ahora por la Organización Mundial de la Salud.
“Cuando empecé, toda mi familia, mis amigos, tenían miedo de mí y lo siguen teniendo. No podía ni entrar en mi casa, en mi propia casa. Incluso ahora, cuando llego, cierran la puerta y me dejan la comida en bolsas de plástico”, explicaba el médico Alexander Nyanti.
En otro de los países más castigados, Sierra Leona, han muerto 121 personas en veinticuatro horas. Sin duda una de las peores jornadas desde que comenzó a extenderse la enfermedad en primavera.
En Estados Unidos otro enfermo ha aterrizado para recibir tratamiento y su estado parece crítico.