El Observatorio Sirio de Derechos Humanos elevó la cifra de víctimas mortales a 39, entre ellas 30 niños, en su mayoría menores
de doce años. Pero, otras fuentas, rebajan la cifra de víctimas mortales a 18. También, ha habido más de 55 heridos.
Se trata del ataque más sangriento de los últimos meses en una zona controlada por el gobierno de al Asad.
La primera explosión, un coche bomba, ocurrió cuando los niños salían de la escuela de primaria Akrima al Majzumi.
Minutos más tarde un suicida
detonó el cinturón de explosivos que llevaba encima en las proximidades del centro escolar, según ha relatado la televisión pública.
Ningún grupo ha reivindicado la autoría del doble atentado.