La financiación de los yihadistas del autoproclamado Estado Islámico

2014-09-26 443

Los yihadistas del autoproclamado Estado Islámico tienen armas y dinero. Algunos aseguran que es uno de los grupos terroristas más ricos del mundo.

Pero no siguen los métodos tradicionales de otras organizaciones. Si en un primer momento los fondos procedentes de los países del Golfo eran su principal fuente de ingresos, ahora todo indica que se autofinancian.

Su primer recurso es el petróleo, de donde sacan más de la mitad de su presupuesto, vendiéndolo en el mercado negro.
En segundo lugar, el dinero de los saqueos de los territorios que toman, además de las extorsiones, en forma, por ejemplo, de impuesto revolucionario a las empresas, el comercio ilegal con antiguedades, el cobro de rescates y el tráfico de humanos. En definitiva, economía subterránea muy difícil de neutralizar.
Según los cálculos de los servicios secretos estadounidenses, la organización se hace con 3 millones de dólares diarios.
Gracias, en gran parte, a la exportación ilegal de crudo. Las refinerías bajo su control son, por tanto, el blanco predilecto de los estadounidenses y de sus aliados. Pero los yihadistas necesitan continuamente una gran cantidad de fondos para administrar los territorios conquistados, como destaca este experto con base en Dubai:

Robin Mills. Director de proyectos en Manaar Energy Consulting:
“Si tienen de dos a tres millones de dólares al día, que creo que es menos, pero bueno, digamos que es eso, eso significaría que disponen anualmente de entre 700 y mil millones de dólares, que es una suma enorme para un grupo terrorista. Pero al mismo tiempo, es una cantidad muy pequeña para el Estado que dicen ser. Como tal, tienen que garantizar unos servicios sociales y mantener algún tipo de actividad económica básica en los territorios bajo su control, y en ese caso, mil millones de dólares no son realmente nada en comparación con el dinero gastado en esas áreas antes de este conflicto”.

Actualmente el grupo Estado Islámico controla una vasta zona de 90.000 mil kilómetros a caballo entre Siria e Irak. Su avance ha estado marcado por los robos a gran escala de fondos y armas en los territorios que ha ido ocupando.