Reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para luchar contra el grupo yihadista autodenominado Estado Islámico.
El presidente estadounidense Barack Obama ha presidido un encuentro que ha aprobado una resolución que exige a los países una nueva legislación antiterrorista.
El texto, impulsado por Estados Unidos y adoptado por unanimidad, pide una adaptación de las leyes de todos los países para perseguir y procesar a toda persona que intente viajar al extranjero para unirse a un grupo radical.
“El único lenguaje que entienden los asesinos como estos es el lenguaje de la fuerza. Así que Estados Unidos trabajará con una amplia coalición para desmantelar esta “red de la muerte”, dijo. “Y en este esfuerzo no estamos solos. Ha llegado el momento de que el mundo y en especial las comunidades musulmanas, rechacen explícita, rotunda y consistentemente la ideología de organizaciones como Al Qaeda y el Estado Islámico”, decía Obama.
En su alocución, Obama ha dicho que para combatir el yihadismo no basta con buenas palabras sino que hay que convertirlas en actos, respetando los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Nuestro corresponsal en Estados Unidos, Stefan Grobe cree que “el presidente Obama ha venido a la ONU para intentar venderle al mundo una guerra en la que nunca quiso luchar. Pero el repentino crecimiento del autodenominado Estado Islámico ha hecho bascular totalmente la balanza. Obama no ha vendido la retórica de George Bush de: ‘con nosotros o contra nosotros’. Pero ha dejado claro que el liderazgo estadounidense es necesario para la paz y la estabilidad en un mundo agitado”.