Un acuerdo histórico: el 27 de junio, Ucrania, Georgia y Moldavia firmaban con la Unión Europea un acuerdo de Asociación Comercial y política que abría una nueva era en las relaciones de la Unión con sus vecinos orientales.
Pero para Ucrania y su presidente, Petro Poroshenko, el momento fue especialmente solemne. Petro Poroshenko. Presidente de Ucrania:
“Firmaré el acuerdo con este bolígrafo en el que hay escrito: “Acuerdo de Asociación UE Ucrania. Vilna, 29 de noviembre”. No sucedió entonces, pero el bolígrafo es el mismo, lo que demuestra que los acontecimientos históricos son inevitables”.
En efecto, el 29 de noviembre de 2013, el entonces presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, viajó a Vilna pero no firmó el acuerdo que su país comenzó a negociar con la UE en marzo de 2007. Yanukóvich no cerró del todo la puerta, pero mencionó a Rusia.
Víctor Yanukóvich:
“Lo que tenemos que hacer es construir unas relaciones normales entre la UE, Ucrania y Rusia”
Putin llevaba meses presionando de diferentes formas a Yanukóvich para que cambiase de opinión e integrase su proyecto de unión aduanera con antiguas repúblicas soviéticas, entre ellas, Armenia.
Pero en las calles de Kiev, los ucranianos no quisieron renunciar a su sueño europeo. Miles de manifestantes tomaron la plaza Maidán. El movimiento provocó la caída de Yanukóvich y los dramáticos acontecimientos que siguieron.
Pero la UE no suelta a un socio tan atractivo como Ucrania, con sus tierras fértiles, sus recursos mineros y sus 41 millones de habitantes.
El acuerdo comercial UE Ucrania va a aumentar en mil millones de euros anuales las exportaciones ucranianas hacia la Unión, y en un 1% la producción anual del país.
Los sectores más beneficiados serán el textil y el agroalimentario. El acuerdo también va a contribuir a modernizar la agricultura y mejorar las condiciones laborales.