Cataluña mira con envidia sana a Escocia. La manifestación del 11 de septiembre en Barcelona, con 1,8 millones de personas según la Guardia Urbana, refleja la voluntad de muchos catalanes de cambiar sus relaciones con el Gobierno de Madrid. La mayoría de los manifestantes, partidarios de la independencia, apoyan la propuesta del Gobierno catalán de convocar un referéndum el 9 de noviembre.
Una consulta ilegal para el Gobierno conservador de Mariano Rajoy que ha previsto recurrir inmediatamente al Tribunal Constitucional para que suspenda la convocatoria.
El presidente catalán, Artur Mas se preguntaba las razones ante la prensa internacional:
“Mi pregunta es: ¿Cataluña es una nación diferente? es una nación diferente, pero es también una nación. Si los escoceses tienen derecho a decidir su futuro político, ¿por qué no los catalanes?
Ahí radica la principal diferencia entre Cataluña y Escocia: Madrid rechaza negociar. Londres, acepta. Rajoy cierra la puerta a la independencia, mientras que Cameron se ha comprometido a respetar la voluntad de los escoceses.
Cataluña y Escocia tienen la misma reivindicación pero sus situaciones son muy diferentes.
Más que en Cataluña, la cuestión de la identidad nacional está muy arraigada. El catalán es lengua oficial. Aunque el líder independentista escocés apela al patriotismo:
Alex Salmond. Primer ministro de Escocia:
“Ahora que tenemos esta oportunidad única para poner el futuro de Escocia en manos de los escoceses, cada vez hay más y más gente que ya no dice “no”, dicen “sí porque”...“Sí, porque vamos a tener el poder que necesitamos para crear empleo, para construir un país más próspero, sí, porque vamos a tener control sobre nuestro presupuesto, para proteger nuestra sanidad pública, sí, porque tenemos que sacar partido al inmenso talento que tienen los escoceses”.
También el peso económico es muy diferente. La mayoría de las reservas de petróleo del Mar Negro están en aguas escocesas, pero Escocia solo representa el 10% del PIB del Reino Unido. Cataluña, en cambio, es la región más rica de España, un peso pesado que representa el 19% del PIB español y el 25% de sus exportaciones.
Las dos regiones, Cataluña y Escocia, recuperaron sus instituciones autónomas en 1980 y 1999 respectivamente y tienen amplias competencias.
Ahora los escoceses van a decidir su futuro. La consulta de los catalanes está, en cambio, en el alero.