Una semana después del inicio del alto el fuego acordado en Minsk, el este de Ucrania parece estar en calma.
Tanto el Ejército como las fuerzas separatistas siguen manteniendo sus posiciones, anticipando una posible ruptura de la tregua que podría llegar en cualquier momento.
La tensión sigue presente y algunos grupos de milicianos se entrenan a diario en tácticas de guerrilla para combatir una posible agresión por parte de Moscú.
“Estamos preparándonos para la guerra. Estamos preparándoles para que, cuando llegue la ocupación o invasión de las tropas rusas, sean capaces de sobrevivir en condiciones de guerra y acabar con el enemigo”, decía el jefe de uno de estos grupos.
En el plano diplomático todo apunta a que hoy habrá un nuevo paquete de sanciones occidentales contra Rusia, que sigue negando cualquier apoyo militar a los rebeldes en el este del país y la presencia de sus tropas en la zona de conflicto.
En la frontera con Ucrania un convoy ruso con doscientos camiones espera poder entrar y distribuir ayuda humanitaria.