Moscú no perdona a los desertores. La Fiscalía de Lituania acaba de revelar que las autoridades rusas le piden asistencia para detener a los ciudadanos lituanos que abandonaron el Ejército Rojo después de que la república báltica declarara su independencia unilateralmente en 1990. Jóvenes que ahora ya no son tan jóvenes, como el hijo del conocido poeta, Gintaras Patackas:
“ Yo estaba destinado en Bakú en aquella época. Un día mi tio vino y me dijo: tienes que volver a Lituania. Lo planeamos y volvimos. Huimos”
En 24 años, no es la primera vez que Moscú trata de localizar a aquellos reclutas que estuvieron repartidos por los confines del imperio soviético.
Ena Martinoniene, portavoz del fiscal lituano:
“ Hace 10 años los fiscales ya recibieron unas peticiones similares y las estudiaron en su momento. En aquella ocasión se decidió denegar asistencia jurídica, se rechazó la demanda”
La demanda tiene pocos visos de progresar. Aparte de sus frías relaciones, Moscú y Vilna tienen una idea muy diferente del papel histórico del Ejército Rojo. La petición del ministerio de Defensa ruso afectaría a unos 3000 lituanos.