La práctica del "fracking" o fractura hidráulica utilizada para la extracción de recursos petrolÃferos del subsuelo fue aprobada en Colombia por el gobierno de Juan Manuel Santos, que parece haber prestado oÃdos sordos a las protestas de los ecologistas. Partidarios de la fracturación hidráulica argumentan los beneficios económicos de las vastas cantidades de hidrocarburos (previamente inaccesibles) que esta nueva técnica permite extraer; quienes se oponen, en cambio, señalan el impacto medioambiental de esta técnica, que incluye la contaminación de acuÃferos, elevado consumo de agua, contaminación de la atmósfera, contaminación sonora, migración de los gases y otros productos quÃmicos hacia la superficie, envenenamiento de la tierra debida a los vertidos, y daños inconmensurables a la salud de los seres humanos y a la naturaleza. También se han producido casos de incremento en la actividad sÃsmica, la mayorÃa asociados con la inyección profunda de fluidos relacionados con el "fracking". teleSUR