Tras varios días de espera en la frontera, los primeros camiones del convoy de ayuda humanitaria rusa han llegado a su destino, la ciudad de Lugansk, bastión prorruso cercado por el Ejército ucranio, y al borde de una catástrofe humanitaria.
Tan sólo los 34 primeros, que entraron en territorio ucraniano por la mañana, fueron revisados y certificados por los guardafronteras ucranianos. Los otros 110 vehículos restantes pasaron sin que se pudiera comprobar lo que llevaban.
Kiev ha denunciado una “clara violación de la frontera”, pero ha renunciado a emplear la fuerza militar para detener el convoy. Moscú por su parte, acusa a las autoridades ucranianas de dar largas intencionadamente.
La Cruz Roja, que estaba previsto que escoltara los furgones no acompañó el cargamento ruso debido a la inestabilidad de la situación.