La epidemia del ébola en Liberia se transforma en crisis social. Varias personas han resultado heridas en enfrentamientos entre policías y residentes de West Point, un barrio de Monrovia puesto en cuartentena. Algunos representantes gubernamentales han tenido que huir.
Los residentes se quejan de que el aislamiento impide la entrada incluso de alimentos.
“Esperamos que el gobierno se de cuenta de lo que pasa. A las cuatro de la mañana llegó la policía, las fuerzas armadas, agentes de inmigración, y golpearon a la gente. Así no se hacen las cosas”, clamaba uno de los residentes.
Las medidas de seguridad se han extremado en torno a este barrio, el mismo en el que hace unos se produjo el saqueo de un centro médico, provocando la huida de varios pacientes infectados.
“Quiero dejar claro que las fuerzas armadas de Libera no han dado ninguna orden de disparar a matar a nadie”, decía por su parte el ministro de Defensa, Brownie Samukai, sobre las labores de los agentes.
Junto a la cuarentena en varias zonas, el gobierno ha implementado otras medidas, como el toque de queda o el cierre de locales de ocio. El ébola ha matado ya a más de 570 personas en el país.
