Al menos 36 personas han muerto y otras 7 siguen desaparecidas por las lluvias torrenciales que se han registrado en las últimas horas en la ciudad japonesa de Hiroshima.
Las violentas precipitaciones han provocado deslizamientos de tierra, engullendo viviendas y vehículos. Una situación que ha sido calificada de inédita y de desastrosa por las autoridades.
El Gobierno japonés han movilizado a 630 personas para participar en las operaciones de rescate y el primer ministro Shinzo Abe ha interrumpido sus vacaciones.
Los daños se extienden en un área de 20 kilómetros. Una zona dónde el riesgo era conocido desde hacía años.