Rusia desoye las advertencias de Ucrania y de Occidente y hará entrar su convoy en el este de Ucrania. Los 280 camiones partidos desde una base militar en Moscú cruzarán por la parte de la frontera controlada por las fuerzas rebeldes prorrusas, en la región de Lugansk. Ucrania había pedido que los camiones les entregaran su carga más al norte, en la región de Járkov.
“Seguiremos adelante, conforme se nos ha ordenado. Hace un poco de calor, el camión marcha bien y lo que llevamos son cereales y agua”, explica uno de los conductores.
La Cruz Roja dice que sigue esperando una lista que detalle la carga del camión. Tampoco han trascendido imágenes detalladas de la carga.
El portavoz del Consejo Nacional de Defensa de Ucrania, Andriy Lysenko ha arremetido contra Rusia:
“Incluso si el convoy humanitario entra por la parte de la frontera que controlan los terroristas, la carga debería ser examinada por los responsables fornterizos ucranianos y entregada a representantes de la Cruz Roja”.
En plena guerra psicológica y de propaganda, el gobierno ucraniano ha organizado su propio convoy con ayuda humanitaria, también destinado a la región de Lugansk, la más castigada por los combates y el cerco del ejército ucraniano. La zona está bajo control de los prorrusos y es dudoso que esta ayuda pueda llegar a las zonas más necesitadas.