Refugio de Vida Silvestre y Reserva Natural
Desde 1958 el volcán Cosigüina fue declarado Refugio de Vida Silvestre, con una extensión de 13 mil 160 hectáreas. Años después, en 1983, recibió la categoría de Reserva Natural.
Durante mucho tiempo, el volcán Cosigüina con su tupida vegetación alrededor de su falda y del cono, sirve de refugio para cientos de especies, tanto de mamíferos como de reptiles y aves, entre los que destacan venados cola blanca, chanchos de monte, pavones, ardillas, loras, chocoyos, cusucos, lapas, mono araña, tigrillos, ocelotes, búhos, gavilanes, oropéndolas y urracas, entre otras.
Además, en los matorrales y tacotales habitan muchas especies de reptiles inofensivos como lagartijas, garrobos, iguanas verdes, y peligrosas como serpientes de cascabel, barba amarilla, mano de piedra, zopilotas, coral, boas, bejuquillas, ratoneras y otras.
Arnulfo Betanco, guardaparque del área protegida, cuenta que en el área que circunda el volcán todavía quedan parches de lo que otrora fue un bosque de trópico seco rico en biodiversidad vegetal y animal, donde aún existen frondosos árboles de cedro real, ceibos, madero negro, laurel, tololo, jenízaro, guanacaste y otros, donde anidan miles de aves nativas y migratorias.
Betanco explica que el volcán es visitado por muchos turistas extranjeros y nacionales, a los que él les ha servido de guía en viajes tanto a pie como a caballo y en vehículos de doble tracción, que casi llegan hasta el cráter en la cima del coloso, subiendo por un estrecho y pedregoso camino que ahorra un par de horas de caminata.
Subir al volcán no es difícil, solo hay que tener disposición y condiciones básicas de salud, pues aunque todo el tiempo se va ascendiendo, el secreto está en asumir la aventura con calma, así como disponerse a tomar pequeños descansos para hidratarse y disfrutar del paisaje que se presenta alrededor.