Después de un viaje espacial de diez años, la sonda ha entrado en la órbita del cometa Churyumov-Gerasimenko.
El encuentro entre Rosetta y el planeta se produjo este miércoles a las once de la mañana, hora central europea, y fue recibido con aplausos por el personal de operaciones de la Agencia Espacial Europea de Darmstadt, en Alemania. Desde allí se han llevado a cabo las maniobras y el seguimiento de esta fase crucial de una misión pionera en la historia.
En el momento del encuentro la sonda se encontraba a cien kilómetros del cometa y viajaba a una velocidad de 775 metros por segundo.
La misión de la ESA es de gran importancia para los científicos que creen que, a diferencia de los planetas, los cometas no han evolucionado desde la formación del Sistema Solar. Por eso, poseen información clave sobre su origen y sobre la aparición de la vida en nuestro planeta.
En noviembre comenzará la fase final de la misión. Rosetta transporta en su interior un módulo de aterrizaje, bautizado como Philae, que será enviado al cometa. Gracias a unos arpones se posará sobre la superficie helada del cometa para enviar datos de incalculable valor para los científicos.