Disciplina presupuestaria, credibilidad financiera y crecimiento. Esos han sido los tres mandamientos que el futuro presidente de la Comisión Europea ha querido mostrar a Europa en su visita al país que más ha sufrido la senda de la austeridad del viejo continente, Grecia.
“No estamos en el final de la guerra. Quiero recalcar que necesitamos seguir adelante para ahorrar dinero. Todos los gobiernos tienen que tener esto claro y no solo los del sur de Europa”, declaraba Juncker.
El ex jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, no ha dejado pasar la oportunidad para recordarle a los griegos que luchó “como un león” para que su país no saliera del euro.
“Grecia tiene unas expectativas más altas con Juncker que las que tenía con Barroso. Espera que los problemas más serios como el desempleo o el estado del bienestar sean resueltos con más eficacia por la nueva Comisión y por el nuevo presidente”, apuntaba el analista político Dimitris Tsiodras.
Tras una larga recesión que dura ya seis años, Grecia podría empezar a levantar cabeza a finales año con un avance de su PIB. El problema es que su deuda supera los 314.000 millones de euros y el paro roza el 27%.
Como apunta nuestro corresponsal en Atenas, Stamatis Giannisis: “Juncker ha visitado Atenas por varias razones. Una de ellas es agradecerle al primer ministro Samarás el gran apoyo que le dio para su candidatura a la presidencia de la Comisión Europea, otra es alentar al Gobierno a que siga por la senda de las reformas económicas”.