Israel sigue atacando Gaza aunque el gobierno da por concluida la fase principal de la ofensiva. En Rafá, al sur de la franja, parte de las tropas israelíes destacadas allí han sido replegadas. Otros 87 palestinos han muerto en la jornada del sábado, 1.700 desde el inicio de la operación.
Los problemas de abastecimiento siguen siendo graves tras el fracaso de la tregua humanitaria del viernes. Falta comida y escasea el agua potable. Y los refugios de la ONU están desbordados.
Un residente de Gaza, Akram Shaqfa, se queja de la precaria situación humanitaria en la que viven desde hace casi un mes: “nos refugiamos en las escuelas, no tenemos pan, así que venimos a comprar a la panadería y, como veis, estamos haciendo cola…Nuestros niños están hambrientos: no tienen ni pan ni ninguna otra comida”.
Las bombas lanzadas por Israel han dañado las canalizaciones de agua potable, el sistema de alcantarillado y la principal central eléctrica de Gaza.
En los 26 días de ofensiva Israel dice haber destruido todos los túneles clandestinos de acceso a Gaza lo que podría llevar al gobierno israelí a iniciar un repliegue táctico y contribuir a que se reduzca la intensidad de los ataques.
