El ébola continúa sembrando el pánico en el oeste de África. Una portavoz de Médicos sin Fronteras asegura que la peor epidemia registrada se está extendiendo más rápido que los esfuerzos por controlarla. Uganda ha desmentido que hubiera infectados en su territorio, tras haberse detectado casos sospechosos.
En total ya son 729 muertes desde febrero en los tres principales países afectados, Sierra Leona, Guinea y Liberia, entre las que también está otra aislada en Nigeria.
Los jefes de Estado de los tres primeros países están en Conaky para tratar de buscar una solución conjunta. “Primero está el reto de que la gente entienda la situación con la epidemia, de que la población llegue a entender que esta epidemia existe, que los riesgos están ahí, no solo dentro del país, sino entre los países”, explicaba Younoussa Balo, secretario general del ministerio de Salud guineano.
Mientras tanto, uno de los tres estadounidenses infectados será el primero en ser tratado en su país de origen, en un hospital de Atlanta.
El miedo a la enfermedad lo explica uno de los voluntarios evacuados. “La primera reacción es perder los nervios por miedo, todos sabemos que es una manera horrible de morir.”
La salud de los otros dos trabajadores estadounidenses que contrajeron la enfermedad es estable pero grave, según las últimas informaciones.