Escuelass, hospitales,mercados …se han convertido en el blanco de los bombardeos durante las tres semanas que dura la ofensiva israelí.
Los civiles palestinos de la poblada Franja no tienen lugar donde esconderse de los ataques, y los niños son los que están pagando el precio más alto.
“Están decapitando a la gente delante de nuestros propios ojos, estamos viendo cuerpos descuartizados. Cuatro refugiados han muerto y una mujer resultó herida en esta aula. Hemos venido aquí huyendo de la inseguirad de las zonas de combate, pero no hay lugar seguro en Gaza “, explica un refugiado palestino, testigo de la matanza.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y Estados Unidos ya han condenado el último ataque a una escuela refugio en Gaza.
Los incesantes bombardeos no sólo han dejado sin luz y agua a cerca de un millón y medio de personas, sino que están impidiendo las tareas de reparación de varias plantas de tratamiento de aguas necesarias para la subsistencia.
“Esto se está haciendo cada vez más y más peligroso. Ayer murieron 6 trabajadores”, señala Munzer Shoblaq, director de una de estas plantas.
Desde el 8 de julio que comenzaron los ataques aéreos israelíes, casi 500 casas han sido destruídas y cerca de 200.000 personas han buscado refugio en escuelas de la ONU.
