Antes de que estallara la guerra, las playas más populares de la franja de Gaza estaban abarrotadas los viernes por la tarde. Ahora están desiertas…
Lo mismo que las calles de Gaza, que suelen estar vacías estos días. Pero este viernes decenas de funcionarios hacían cola ante los cajeros automáticos del Banco de Palestina para cobrar sus salarios, enviados desde Ramala. Normalmente servirían para comprar regalos y manjares para celebrar el fin del Ramadán, pero en esta ocasión servirán para sobrevivir.
“No hay Eid. Este es el Eid de los asesinos. Después de esto, durante el Eid vamos a reunirnos con nuestros familiares mártires en sus casas y llevar a los mártires al cementerio, y rezar por ellos…”, dice Nidal Hijazi.
El mercado Al Zawya, en Gaza capital, es uno de los favoritos para los gazatíes cuando se trata de comprar exquisiteces para el Eid, la fiesta del fin del Ramadán.
Pero en la franja de Gaza hay escasez de bienes y de dinero. Sus habitantes se limitan a comprar productos básicos para subsistir.
“Después de estas matanzas y destrucción, ¿qué vamos a preparar para el Eid? Ahora, todo lo que preparamos son nuestros ataúdes. Estamos rodeados de muerte y destrucción. Nos evacuaron de Shayaía. Salimos de allí para llegar aquí. No preparamos nada, sólo nuestra muerte”, señala otro gazatí.
El Ramadán suele ser un mes muy bueno para los comerciantes musulmanes. Este año la temporada está perdida. Al férreo bloqueo se suma una guerra que ha acentudo la muy precaria situación de los gazatíes, con más del 40% de la población en paro.
“Esta temporada está acabada. Esto empezó antes de este mes, porque la gente no tenía dinero en efectivo. No hay sueldos. Las autoridades de Ramala pueden pagar los salarios, pero las autoridades de Hamás, aquí, no pueden pagar a sus empleados. Los comerciantes necesitan importar bienes, y para ello necesitan el dinero de los clientes. Pero si el dinero de los clientes no llega es un gran problema social. Toda nuestra sociedad se derrumbará”, lamenta el propitario de una tienda de ropa.
No hay dulces ni chocolate este año en Gaza, en este fin del Ramadán, sólo llanto y desesperación.
“El Ramadán se habrá celebrado al ritmo de los bombardeos en Gaza. Y a pesar de las especulaciones, muchos aquí dudan de que sus oraciones basten para silenciar los cañones, de aquí a que termine. Pase lo que pase, la fiesta del Eid tendrá un gusto muy amargo aquí”, dice Valérie Gauriat, enviada especial de euronews a Gaza.