En Libia, las Naciones Unidas han retirado a su personal de su sede en Trípoli. La ONU dice que los últimos brotes de violencia entre milicias rivales no le permiten garantizar la seguridad de sus empleados en la capital. Se trata de combates entre un clan radicado a 200 kilómetros de la capital y milicias islamistas.
Ambos grupos provienen de la oposición a Gadafi y controlan ahora la mayor parte del país. La policía y el ejército libios dependen de su colaboración para mantener el orden.
En las últimas horas 13 personas han muerto en los combates en Bengasi y Trípoli, donde las milicias, armadas con lanzamisiles, se disputan el aeropuerto. El tráfico aéreo ha quedado interrumpido, dejando a Libia sin vuelos internacionales.
La ONU dice que esperan poder volver al trabajo cuanto antes y que no abandonará a Libia a su suerte. Los enfrentamientos se producen en pleno recuento electoral para formar una asamblea constituyente, que dote al país de su primera constitución votada en las urnas, tras la caída de Gadafi en 2011.
EEUU ha reafirmado su apoyo a la transición democrática en Libia, a través de la portavoz del departamento de estado Jen Psaki