Las escuelas son uno de los refugios de la ONU que buscan los cerca de 17.000 palestinos del norte de la Franja de Gaza que han tenido que huir de sus hogares a causa de los bombardeos israelíes. Los civiles se están convirtiendo en un daño colateral excesivo.
“Queremos acabar con este asedio. No sabemos qué hacer. Este es el tercer año que huimos. Todo está siendo atacado”, explica una mujer. Otro hombre explica cuál es el día a día en los refugios improvisados. “Estamos aquí desde hace dos días, viviendo en una escuela y con nuestros hijos deambulando alrededor. No sabemos donde ir, no tenemos comida ni bebida y dormimos en el suelo.”
Después de andar con todo su equipaje más de tres kilómetros, muchos refugiados no saben si volverán a tener un lugar donde asentarse. Algunos se quejan de que la ONU no les está proveyendo de agua ni comida.
