Las autoridades portuguesas aceleran el cambio de dirección en el Banco Espírito Santo, envuelto en una tormenta financiera que amenaza con contagiarse a la economía del país. El economista Vítor Bento, ex responsable del Banco de Portugal, asume desde este mismo lunes la presidencia del Banco Espírito Santo (BES) en sustitución del dimitido Ricardo Salgado que llevaba en el cargo veintidós años. También toman posesión como vicepresidente José Honório y como director financiero Joao Moreira Rato.
Este relevo va acompañado de la reducción de la participación de la familia Espírito Santo en la entidad del veinticinco al veinte por ciento para poder pagar la deuda pendiente. El Banco de Portugal forzó un consejo de administración el domingo por la noche para que se tomaran estas decisiones, que deben ser ratificadas el 31 de julio en asamblea general.
En todo caso, suponen el fin del control del banco por parte del clan Espírito Santo que había iniciado la saga en la segunda mitad del siglo diecinueve. Las peleas entre primos en junio pusieron al descubierto los problemas en el holding de esta dinastía y han supuesto la pérdida de la mitad del valor burstátil de la mayor entidad financiera portuguesa.