En el país donde, según Neruda, todo es vuelo y es música, legiones de cantautores tocan puertas que no se abren en disqueras propiedad de particulares, las cuales exclusivamente toman en cuenta a lo que deje ganancias inmediatas. El Estado mexicano hace mucho relegó la cultura nacional a un tercer plano. Pero Pablo Carvallo y otros jóvenes de la capital de México han encontrado escaparates para sus creaciones a través de los circuitos musicales alternativos. teleSUR