La situación en las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk dista mucho de ser tranquila por la presencia de milicianos prorrusos. No obstante, en el caso de Donetsk diversas fuentes hablan de una cierta normalidad en las calles con el transporte público plenamente operativo.
La visita del presidente Poroshenko a Slaviansk, el que fuera bastión de las milicias prorrusas, daba el martes una inyección de moral a las tropas.
“No va a haber más escaramuzas en las calles de Donetsk. Los habitantes tanto de Slaviansk como de Donetsk ya han tenido bastante con estos terroristas, así que la única oferta es la paz, la entrega de las armas, la amnistía y el plan de descentralización del poder político que he propuesto como presidente de Ucrania”, señaló Poroshenko.
Mientras, los trabajos de desescombro y rehabilitación prosiguen en los edificios gubernamentales de Slaviansk.
Al contrario que en Lugansk. Una ciudad que el Ejército ucraniano no controla en su totalidad. Los daños en algunos inmuebles son importantes y sus habitantes siguen viviendo en la incertidumbre.