Israel decidió cerrar el paso a los palestinos que trataban de viajar a Jerusalén para celebrar el primer viernes de Ramadán, así como al entierro del joven asesinado el pasado miércoles.
Esto ha provocado tensiones en algunos puestos de control en los que se han producido algunos altercados.
“Se han vivido enfrentamientos puntuales y esporádicos entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes en algunas partes de Cisjordania”, explicaba nuestro corresponsal, Mohamed Shaikhibrahim. “Esto significa que la calma parece estar aún muy lejos”.
Excepto en los puestos de control y algunos puntos localizados, la jornada ha sido relativamente tranquila en Cisjordania, en un día en que se temía un aumento de la violencia.
“Pedimos a los palestinos que se levanten, tenemos que vengarnos de Israel, tenemos una resistencia fuerte, como Hamás y la yihad islámica. Ellos siguen abriendo fuego”, exclamaba un palestino.
“Es una vergüenza para todas las naciones árabes. Hay muchos puestos de control de camino a Jerusalén, hay un control muy fuerte”, decía otro.
El puesto de control de Qalandia, que separa Cisjordania de Jerusalén, abrió sus barreras de cemento durante algún tiempo para permitir el paso de palestinos a la ciudad de Ramala. Un indicio de que la calma vuelve a algunos puntos de Cisjordania.